En la primera parte de esta entrada dedicada a los siete tripulantes de Bermeo que embarcaron en la armada de la Especiería –y se transformó en la primera circunnavegación a la Tierra, completada por dos de los siete – explicamos que el grupo de Bermeo constituyó el principal apoyo de Juan Sebastián Elkano durante la expedición y repasamos la información que a día de hoy conocemos sobre Juan de Acurio, el líder de este grupo. Hoy hablaremos sobre la información rescatada del Archivo General de Indias sobre Juan de Aguirre, Martín de Insaurraga, Pedro de Muguertegui, Pedro de Chindarza, Antón de Basozabal y Pedro de Sautua.
En la imagen, Monumento a los Pescadores, en Bermeo.
En 1519 un grupo de siete bermeotarras se embarcó en una expedición que partía hacia los confines del mundo, hacia las islas de las especias. Diferentes vicisitudes hicieron que el rumbo de la expedición cambiase y, como consecuencia, una nao vizcaína, la Victoria, diese la vuelta al mundo. Dos de los vecinos de Bermeo lograron volver, realizando la primera circunnavegación de la historia, pero aquel pequeño pueblo pagó un alto precio por la hazaña: cuatro de los siete fallecieron y tres viudas quedaron en la villa sin sus hombres y “en extrema pobreza”. Tras conocer al líder del grupo, Juan de Acurio –principal apoyo de Elkano desde que embarcaron juntos en la Concepción, hasta que regresaron a Sanlúcar de Barrameda tres años después– conocemos a continuación los pormenores de los seis restantes.
Juan de Aguirre: uno de tantos que murieron por escorbuto en la Trinidad.
Juan de Aguirre era marido de María Ochoa de Acurio, por lo que muy probablemente era cuñado de Juan de Acurio. Embarcó como marinero de la Concepción, con un sueldo de 1.200 mrs. Como otros, pasó a la Trinidad cuando quemaron su nao. Juan de Aguirre falleció por escorbuto el 13 de octubre de 1522, en las dramáticas circunstancias que padecieron los expedicionarios de esta nao: en abril de 1522, tras ser reparada en Tidore, la isla de las Malucas donde adquirieron el clavo, la Trinidad inició el viaje de retorno hacia el este, hacia Panamá, con 53 hombres. Sufrieron todo tipo de tormentas y tifones, así como una epidemia de escorbuto que en unos meses acabó con la vida de 32 expedicionarios, entre ellas la del bermeotarra Juan de Aguirre.
En la liquidación del sueldo que se realizó tras la vuelta de la expedición, se reconoció una deuda de 29.240 mrs a su mujer, como heredera. No obstante, como ya explicamos al referirnos a Juan de Acurio, en 1534, doce años después de volver, éste seguía reclamando al rey que se pagaran los sueldos a las viudas de Aguirre, Basozabal y Domingo de Yarza.
Martín de Insaurraga (Machín Vizcaíno): a punto de culminar la circunnavegación, murió por escorbuto
Martín de Insaurraga era hijo de Martín de Insaurraga y María de Chindarza, y marido de María Ochoa de Artaeche. Posiblemente fuera primo de Pedro de Chindarza, otro de los bermeanos enrolado en la expedición. También se le conocía como Machín Vizcaíno, pues era habitual que se les nombrara con apodos por su origen. Embarcó como grumete de la Concepción con un sueldo de 800 mrs mensuales. Como grumete, se encargaba de trepar a las vergas, izar y arriar las velas, remar en los bateles, cargar y descargar las mercancías, ….. De la Concepción pasó a la Trinidad y poco después, en las Molucas, a la Victoria, donde volvió a reunirse con Juan de Acurio y Juan Sebastián Elkano.
No pudo ser testigo, sin embargo, de comprobar que la tierra es redonda: murió de escorbuto en medio del Atlántico, el 1 de junio de 1522, solo tres meses antes de llegar la Victoria a Sanlúcar. En la liquidación, a sus herederos (con toda probabilidad María Ochoa de Artaeche, su mujer) se les reconoció una deuda de 61.926 mrs, de los que 38.193 eran de quintaladas.
Pedro de Muguertegui (Peru de Bermeo): el grumete que murió de muerte súbita sin llegar a las Molucas
Pedro de Muguertegui, conocido también como Peru de Bermeo, era hijo de Martín de Morterusa y María de Muguertegui, vecinos de Bermeo. Embarcó como grumete de la Concepción. Su sueldo, como el de todos los grumetes, era de 800 maravedís mensuales y cobró cuatro meses por adelantado. En los documentos del Archivo General de Indias consta que falleció de muerte súbita el 16 de septiembre de 1521 en el Pacífico, antes de alcanzar las Molucas, las islas de la especias. En la liquidación se reconoció una deuda de 16.956 mrs a sus herederos –que por lógica eran sus padres, al ser soltero.
Pedro de Chindarza: el otro txo que dio la vuelta al mundo
Pedro de Chindarza, hijo de Pedro de Chindarza y María Sánchez, era uno de los tripulantes más jóvenes de la expedición Magallanes-Elkano –embarcó con 15 años–, y es el segundo de los siete de Bermeo que circunnavegó la Tierra. Como paje, o txo de la Concepción, su sueldo era de 500 mrs, y se encargaba de las tareas menos especializadas: distribuir los alimentos, recoger la mesa tras las comidas, dar la vuelta a los relojes de arena cada media hora, barrer…
Pedro de Chindarza compartía edad y oficio con otro vizcaíno que también circunnavegó la Tierra, el baracaldés Juan de Zubileta –de quien nos ocuparemos en otra entrada de este blog. Chindarza pasó a la Victoria en 1521, al ser quemada su nao. En las Molucas, además, ascendió a grumete. Apresado en Cabo Verde por los portugueses, fue puesto en libertad unos meses después –gracias a la intercesión de Elkano, que pidió a Carlos I que procurara su liberación–, regresando a Sevilla. Recibió un total de 39.364 mrs, de los que 22.286 correspondían a quintaladas.
Antón de Basozabal: el calafate cuyo rastro se perdió en las Molucas
Antón de Basozabal era marido de Madalena de Marcaida. Se incorporó a los preparativos de la flota en julio de 1519, y embarcó como calafate en la Concepción: era el responsable de la impermeabilización de las naos. Por este trabajo recibía un sueldo de 1.875 mrs mensuales. No obstante, durante la expedición ascendió: pasó a contramaestre de la Trinidad. Se trató, sin duda, de un ascenso importante, ya que convertirse en contramaestre de la nao capitana hacia septiembre de 1520, viviendo Magallanes, exigiría una reconocida capacidad de mando y la confianza del capitán general.
Fue apresado por los portugueses en las Molucas. El 28 de febrero de 1523 los presos supervivientes fueron liberados y enviados a la isla de Banda, sin embargo no ocurrió lo mismo con Basozabal, puesto que los portugueses dijeron que precisaban sus servicios. Y allí se perdió su rastro.
En la liquidación del sueldo se reconoció que se le adeudaban 45.687 mrs. Por mandato del Consejo de Indias, su mujer, Magdalena de Marcaida, recibió 20.000 mrs. Como hemos visto anteriormente, en 1534 Acurio seguía reclamando el pago de esta cantidad a la viuda de Basozabal.
Pedro de Sautua: el carpintero que no cruzó el estrecho, ni dejó viuda
Pedro de Sautua, casado con María Pérez, fue el único de los siete de Bermeo que no partió a bordo de la Concepción. Su nao fue la San Antonio, y era el carpintero: el responsable de las reparaciones del barco. Debía saber, entre otras cosas, cómo taponar una vía de agua o construir un timón. Su sueldo era de 1.875 mrs. Sabemos que se incorporó a la expedición de Magallanes-Elkano durante la puesta a punto de las naos en Sevilla, ya que como consta en la “Relación detallada de los gastos hechos para la armada de Magallanes” el 26 de julio de 1519 aparece un pago a nombre suyo por día y medio de trabajo.
Pedro de Sautua regresó a Sevilla en la San Antonio –Esteban Gómez, capitán de la nao, decidió abandonar la expedición en noviembre de 1520, por estar en desacuerdo con Magallanes. Al llegar a Sevilla, los oficiales de la Casa de la Contratación dijeron a los tripulantes que se marchasen sin pagarles sueldo. De esta forma, “tomando el camino de buscarse la vida”, acabó la aventura para los hombres de la San Antonio. No dieron la vuelta al mundo, pero salvaron la vida. Sautua fue el único hombre de Bermeo casado que no dejó viuda.
Hasta aquí los datos que, a día de hoy, conocemos sobre los siete de Bermeo en la expedición de Magallanes-Elkano. La asociación Galerna Taldea de Bermeo se ha embarcado en un proyecto de investigación sobre sus vecinos, y está programando diversos actos divulgativos entre 2019-2022. Confíamos en que la investigación de frutos y que tanto ese como otros futuros estudios ahonden no solo en la participación de los bermeotarras en la expedición, sino también en su vida previa y posterior a la primera vuelta al mundo.