La peste de las naos: el escorbuto (1/3)

Javier Almazán Altuzarra, Doctor en Medicina
9 DIC, 2019

El escorbuto es una de las enfermedades más terribles con las que se han tenido que enfrentar los navegantes de todas las naciones y que se mostró en toda su crudeza al inicio de la denominada Era de las Grandes Navegaciones, hasta el punto de ser conocida como la peste de las naos.

La presencia de la enfermedad durante la travesía del Pacífico en la expedición de Magallanes-Elcano, es un hecho bien conocido a partir las descripciones del vicentino Antonio Pigafetta en su crónica del viaje:

Durante tres meses y veinte días no pudimos conseguir alimentos frescos… Pero la mayor desgracia de todas fue que a algunos hombres se les inflamaron las encías de tal modo que no podían comer y se morían. A causa de esta enfermedad murieron diecinueve hombres de los nuestros, el gigante y un indígena de la tierra de Verzín. Veinticinco o treinta hombres padecieron dolores en los brazos, en las piernas o en otros lugares, de modo que pocos quedaron sanos.

Ilustración de Gustave Doré. Libro: The Rime of the ancient Mariner.

Sin embargo, este conocimiento es relativamente reciente; hasta fines del siglo XIX no se comienza a hablar de escorbuto en la expedición. Es en el libro del médico británico Guillemard de 1891 donde hemos encontrado por primera vez la palabra scurvy – scurvy and starvation - aplicada a los sucesos del viaje durante la travesía del Pacífico. En el año 1920 con ocasión de la celebración del cuarto centenario de la expedición, el ilustre historiador chileno José Toribio Medina publicó una narración documentada en la que por primera vez en castellano se puede leer la palabra escorbuto, de manera escueta pero expresiva, referida al famoso episodio del Pacífico.

¡¡Era el escorbuto!! ¿Pero era efectivamente el escorbuto?

La primera mención de la nueva – en este contexto – enfermedad, es en el viaje de Vasco de Gama desde Portugal hasta la India  en los años 1497-99, tanto a la ida como a la vuelta en cuya narración se encuentra una de las primeras descripciones del escorbuto y su particular remedio mediante la ingesta de naranjas y limones.

El siguiente viaje donde puede ser reconocida es en la expedición de Magallanes que culmina con la primera circunnavegación a la tierra de Juan Sebastián Elcano, de 1519 a 1522, como veremos con detalle más adelante.

El escorbuto es una enfermedad producida por la carencia de ácido ascórbico. Conocida como Vitamina C es sintetizada por las plantas y casi todos los mamíferos pero no por los seres humanos que necesitan su aporte en la dieta. Se encuentra sobre todo en frutas y vegetales frescos como naranjas, limones y fresas, pimientos, cebolla, ajos o perejil, pero alcanza su máxima concentración en las bayas rojas como las del espino albar o el arándano. Es esencial para la formación de colágeno, la reparación de los tejidos y mantener la integridad de los vasos sanguíneos del organismo. La enfermedad se caracteriza por intensa debilidad y cansancio, dolor articular, sangrado cutáneo en forma de hematomas y hemorragias en miembros, así como por la característica afectación de las encías que se muestran tumefactas y congestivas. Si no se trata puede llevar a la muerte por hemorragias masivas. Sin embargo la recuperación es rápida y completa cuando los depósitos se restituyen.

Ilustración del cirujano naval Henry W. Mahon, 1841. The National Archives UK.

Se trata de una enfermedad que no aparece descrita apenas en ningún tratado de la medicina escolástica greco-latina y árabe, pero sin embargo era bien conocida en la Europa nórdica de largos inviernos en la que el pueblo vikingo enviaba al bosque a los marinos enfermos para alimentarse con bayas silvestres, ricas en vitamina C, tras sus navegaciones estivales. La etimología de la palabra también remite a su origen nórdico. Fue el médico holandés Jhon Echthtius, en 1541, quien adopta la palabra escorbutus como forma latinizada del danés scorbuck cuyo remoto origen proviene a su vez del islandés skyrbjûgr y hace referencia a una inflamación de las encías. De allí proceden el De allí proceden el holandés scheurbuik, el sajón scurvy, scorbut y escorbuto. Al parecer su significado es corte o úlcera inflamada.

El tiempo requerido para la aparición de la enfermedad oscila entre 1 y 3 meses y esa es la razón por la que no apareció en ninguno de los cuatro viajes del Almirante de la Mar Océana Cristóbal Colón ni en los denominados Viajes Menores entre Castilla y el Nuevo Mundo – Alonso de Ojeda, Pero Alonso Niño y Cristóbal Guerra, el mismo Vicente Yáñez Pinzón, Rodrigo de Bastidas, Diego de Lepe - cuya duración no les llevaba más de cuatro o cinco semanas. Lo mismo se puede decir de las navegaciones de los vascos desde sus puertos cantábricos hasta la Tierra de los Bacalaos en Terranova a lo largo del siglo XVI, pues la duración de la travesía atlántica no daba lugar al agotamiento de las reservas de la preciada vitamina.

Abraham Ortelius. Theatrum Orbis Terrarum. Mapa del Pacífico, 1589.

Sin embargo merece la pena preguntarse por los alimentos que permitieron su supervivencia durante los largos periodos de invernada dedicados a la caza de ballenas y otros cetáceos y el almacenamiento de su grasa a lo que se dedicaban durante meses. Es bien conocido lo sucedido a la expedición de Jaques Cartier en las cercanas tierras del Labrador en 1535, en la que durante su invernada en el río de San Lorenzo la mayor parte de la tripulación cayó enferma del escorbuto. Cartier y sus hombres se restablecieron, gracias a los conocimientos de los indios hurones a los que pidieron ayuda, mediante el zumo que extraían de las hojas y la corteza de una conífera denominada Anedda. Y es que para sobrevivir e instalarse en climas extremos los seres humanos han necesitado conseguir un aporte suficiente de ácido ascórbico.

En la propia expedición de Magallanes-Elcano, durante la dura y prolongada invernada en el puerto de San Julián, no aparece el escorbuto, a pesar de que se dan las circunstancias para ello. En distintas narraciones se refiere el consumo de valvas y mejillones - los missiglioni descritos por Pigafetta – de ciertas raíces y tubérculos que les muestran los indios patagones y de plantas semejantes a berros que crecen junto a las fuentes en el Estrecho de Magallanes, los que les suministró un aporte suficiente de la preciada vitamina.

En el próximo artículo de esta serie dedicada al escorbuto, veremos cómo, en la búsqueda de una cura, se intentaron infructuosamente distintos e ineficaces remedios, pero no fue hasta casi trescientos años después que lograron disminuir drásticamente las muertes por escorbuto.