La historia tradicional del País Vasco está repleta de mitos. Uno de ellos se basa en supuestos asentamientos vikingos en el litoral vasco y la transferencia del conocimiento naval. Ambos aspectos deberían ser cuestionados, ya que no existen evidencias documentales o arqueológicas y se tendrían que considerar otras fuentes fiables para plantear nuevas hipótesis.
En la historia del País Vasco, como en todos los demás lugares, existen numerosos mitos históricos, uno de ellos relacionado con los vikingos-normandos. Se dice que saquearon nuestras costas, se asentaron en algunos territorios de la zona (se ha remontado a épocas posteriores al siglo IX, aunque no se sabe con certeza) y que, por tanto, transfirieron a los vascos de la época un nuevo conocimiento de la construcción naval. Con la intención de mejorar la comprensión, daremos unas pinceladas sobre esta cultura. Los varegos, los vikingos y los normandos eran pueblos germanos de procedencia escandinava y navegaron los mares de Europa, África del norte y la zona del noreste de América desde el siglo VII hasta el siglo XI o XII, en otros términos, la cultura marítima estaba muy arraigada en estos pueblos. Una de las manifestaciones más significativas de esta tradición son las tumbas funerarias de los dirigentes, los cuales se enterraban en embarcaciones de madera o estructuras de piedra en forma de navío, permitiendo que hayan llegado hasta el día de hoy pecios de origen vikingo que nos han permitido una mejor comprensión de su tecnología naval. Algunos de estos pecios se han excavado desde el siglo XIX hasta la actualidad, entre ellos se encuentran Gredstedbro, Oseberg, Graveney, Skuldelev, Tune, Gokstad, Hedeby, Ladby y Gjellestad.
La principal herencia de los escandinavos se centró en la técnica de construir el casco de los navíos snekkar, drakar, knorr, nef, etc. a la manera que comúnmente se denomina tingladillo o trincado. Esta técnica consistía en armar las tablas de madera solapándolas mediante remaches sobre la quilla y las rodas (si la popa y la proa eran simétricas) o sobre la quilla, roda y codaste. Es decir, las cuadernas, esto es, el esqueleto del navío constituido por varengas y genoles, eran un elemento de fijación secundario. Las cuadernas estaban muy espaciadas entre sí y con las varengas sin fijación en la quilla, es decir, sueltas. Así, las naves construidas con este tipo de casco resistían mejor los fuertes azotes del Atlántico que las naves mediterráneas. Otra de las ventajas era que podía usarse madera recién cortada o húmeda, sin que eso tuviese efecto en la estanqueidad del casco. La construcción a tingladillo ponía, sin embargo, un límite a las dimensiones de las embarcaciones más antiguas, es decir, en casos de simetría entre popa y proa, donde los lados de estribor y babor se arrugaban en media luna.
Otra de las características de esta tradición era el timón de espadilla en la aleta de estribor, que luego lo centraron en la popa, pasando a ser el timón de codaste o timón axial. Es decir, la roda de popa pasó a ser recta, dejando de ser simétrica a la de la proa, dándole un juego más libre al timón. De este modo, la quilla era ahora alargada, la embarcación era más rápida y la superficie vertical que se creó disminuía la deriva de la nave.
Maqueta de una embarcación vasca del silglo XIII
Cabe mencionar que, al referirse a embarcaciones vascas, este tipo de timón también se denominaba timón a la bayonesa o timón a la navarresca. Por último, se le añadieron el castillo de popa y proa (normalmente sólo constaban del castillo de popa), mientras que el sistema de propulsión se limitaba a un solo mástil largo con una vela cuadrada. En esta época, los navíos todavía tenían una sola cubierta. Pero, ¿en qué se fundamenta el supuesto vínculo entre vascos y vikingos? Se dice que en una de las campañas de exploración y saqueo llegaron a Lapurdi y que pudieron permanecer ahí entre 844 y 1023, hasta ser expulsados por Sancho VI Guillermo, duque de Vasconia, bajo la jurisdicción del rey de Navarra. Bayona quedó como capital del condado y fue dotada de Fuero en 1125. Más adelante, en 1152, la duquesa de Aquitania se casó con Enrique de Plantagenet (Enrique II de Inglaterra), integrando el territorio de Lapurdi en la administración inglesa en 1155. Finalmente el rey de Francia, Carlos VII, se hizo con el territorio en 1450.
Maqueta de una embarcación del siglo XIV representada en una de las claves de bóveda de la catedral de Bayona.
Por tanto, las hipótesis más extendidas apuntan a que, a partir del siglo XI o XII, los labortanos y en general los vascos comenzaron a destacar en aquella industria y que pudieron tener acceso a conocimientos navales por dos vías. Por un lado, directamente de los vikingos-normandos asentados en Bayona principalmente y por otro lado gracias a los ingleses, durante la época en que el condado fue dominio inglés y por mantener relaciones de comercio con Normandía e Inglaterra. Cabe mencionar que Guillermo el Conquistador o Guillermo I de Inglaterra (anteriormente Guillermo II, duque de Normandía) consolidó el linaje de los normandos ingleses, y que, a su vez, los normandos eran descendientes de los vikingos.
Las hipótesis más extendidas apuntan a que, a partir del siglo XI o XII, los labortanos y en general los vascos (...) pudieron tener acceso a conocimientos navales por dos vías, directamente de los vikingos-normandos asentados en Bayona y por otro lado gracias a los ingleses, durante la época en que el condado fue dominio inglés y por mantener relaciones de comercio con Normandía e Inglaterra.
Por otra parte, los primeros investigadores que abordaron la época de los siglos IX-XII interpretaron que los mayus (adoradores del fuego) mencionados en las fuentes musulmanas hacían referencia a los escandinavos, que supuestamente estuvieron y se asentaron en lugares como Bayona y Urdaibai. Por ejemplo, el investigador Julio Caro Baroja, así como las posteriores generaciones de investigadores, tras referirse a las incursiones de los piratas normandos recogidas en fuentes musulmanas y en el Cartulario de Lescar, afirmó un hipotético asentamiento vikingo en Bayona, basándose exclusivamente en La Pequeña Leyenda del siglo IX y la posterior Gran Leyenda, de San León, sin verse sustentado por datos arqueológicos ni documentales. ¿En qué consiste la leyenda de Bayona? San León es un santo legendario que habría venido a evangelizar a los vascos y a fundar un obispado, decapitado en Bayona a finales del siglo IX. No tenemos datos históricos que avalen la existencia de dicho asentamiento sino una historia que, adoleciendo de anacronismos, no resulta creíble.
Por tanto, estas bases no son fiables y esta hipótesis no se sustenta con fuentes arqueológicas ni documentales. Es más, Claudio Sánchez Albornoz creyó que los mayus podrían ser una referencia a los habitantes locales de la costa y que los adoradores de fuego vascos fuesen todavía idólatras, y no vikingos-normandos. En breve, han sido muchos los autores que han validado directamente asentamientos de vikingos-normandos y la transmisión de las técnicas de construcción naval sin consultar base histórica-arqueológica alguna. La única noticia que podría atestiguar una incursión vikinga es la del secuestro del rey navarro García Iñiguez en el año 859 que recogen distintas fuentes documentales musulmanas, entre ellas el Muqtabis del historiador hispanomusulmán Ibn Hayyan.
Lo que no se sabe con certeza es si el ataque tuvo lugar desde el norte, es decir por el mar Cantábrico, o por el sur, desde el Mediterráneo, navegando por el Ebro. Cabe decir que la segunda hipótesis parece más creíble, ya que el Ebro era navegable y además se sabe que Ívar Ragnarsson o Ívar el Culebro y sus hombres asolaban las costas de Marruecos, Baleares, la Península Ibérica y el sureste de Galia en esa época. Es más, atraídos por la riqueza generada con la instauración de la monarquía asturiana, la invención del sepulcro de Santiago y el consiguiente flujo de peregrinos, seguramente los vikingo-normandos estaban más interesados por la costa astur-galaica que por el País Vasco.
Sabemos que los vikingos ya conocían la tecnología del casco a tingladillo, pero esta técnica para construir el casco se conocía desde antes del siglo VIII en la costa atlántica de Europa
Sabemos que los vikingos ya conocían la tecnología del casco a tingladillo, pero ¿habrán sido los primeros? Es poco probable. De hecho, diversas evidencias arqueológicas del continente europeo nos demuestran que este sistema de construcción ya se conocía anteriormente.
Los más antiguos remontan a la Antigüedad, como la embarcación Hjortspring, en la isla de Als, Dinamarca, que se remonta al siglo III d.C., o los dos navíos de Nydam. Según la datación de la madera de la única nave que ha perdurado hasta el día de hoy es del siglo IV d.C., mientras que la desaparecida podría datarse del siglo III d.C., según el análisis de las piezas. Sin duda alguna este caso nos indica que entre las tribus germanas ya se conocía en esta época el sistema a tingladillo y el posterior proceso de refuerzo con varengas. También sabemos que esta tradición tuvo una continuidad en los primeros siglos de la Alta Edad Media. Prueba de ello son las embarcaciones de Gredstedbro y Sutton Hoo, entre otros. La primera data de la primera mitad del siglo VII y también fue descubierta en Dinamarca. La segunda es de origen sajón y se remonta a finales del siglo VI o principios del VII.
Por tanto, podemos apreciar que esta técnica para construir el casco se conocía desde antes del siglo VIII en la costa atlántica de Europa. Teniendo en cuenta que algunas tribus germanas (como los jutos, anglos, sajones, hérulos o suevos) mantenían entre sí relaciones de comercio, guerra e incluso de parentesco, cabe la posibilidad de que esta tradición constructiva naval fuese extendida a diferentes dominios. ¿Podría también haberse extendido al País Vasco? Las fuentes escritas son exiguas, por lo que esta hipótesis requiere una futura investigación arqueológica más profunda.
Representación digital de la embarcacaión vasca del siglo XV de Newsport, Gales.
Por otro lado, se suele decir que, a lo largo del siglo XV, el sistema de trincado fue desapareciendo en la Península Ibérica, siendo sustituido por el sistema de a tope que procederé a exponer en el siguiente apartado. Parece que es el caso de las embarcaciones de mayor tamaño, pero ¿significa eso que desapareció completamente? Resulta dudoso. En el puerto de la ciudad de Newport, en Gales, se encontró una embarcación mercante mientras erigían un edificio de artes escénicas, que fue construida hacia el año 1450 y hundida en 1470. Este barco tenía un casco con sistema a tingladillo y, además, era de origen vasco. Por otro lado, en Guernica, en la zona conocida como Portuzarra, se encontró la pinaza de Urbieta, que se hundió entre 1450 y 1460. El buque tenía una eslora de unos 11 metros y también fue construido con el mencionado sistema de trincado. Como último ejemplo, una de las chalupas vascas hundidas en la Red Bay (Terranova) en 1560 tenía, al menos, las tablas superiores del casco construidos con el sistema a tingladillo. Con esto, se puede apreciar que en el siglo XVI se seguían construyendo cascos de este tipo.
Chalupa ballenera vasca del siglo XVI encontrada en Red Bay, Canadá. Presenta una estructura de varenga-genol. Su casco presenta una estructura de a tope en las primeras cuatro tablas y a tingladillo en las dos superiores.
La construcción de navíos con cascos trincados o a tingladillo también remonta a la segunda mitad del siglo XV. Es más, las tres embarcaciones tienen un sistema de trincado, pero al contrario de lo subrayado hasta ahora, se basan en el sistema de construcción que parte de la varenga y del genol (y no del casco). Queda, por tanto, mucho por estudiar sobre este período de transición de la tecnología marítima.
En el siguiente capítulo trataremos el segundo pilar más importante que se utiliza para explicar el origen de la construcción naval vasca en la Baja Edad Media y en la Edad Moderna: la tradición naval mediterránea.
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