El Océano, antes y después de Elkano (4/4)

José Angel Achón Insausti, Universidad de Deusto
30 ABR, 2020

En la misma época en la que Europa cambiaba su visión de los espacios terrestres -poco a poco menos basados en elementos puntuales, y ya comprendidos como extensiones continuas y homogéneas que se identificaban con una población, esto es, como territorios- y se empezaba a obsesionar por las fronteras, el conocimiento del océano dio paso al problema del dominio del mismo: ¿de quién era el mar?

También aquí había antecedentes medievales, si bien se limitaban a un derecho consuetudinario centrado en mantener la libertad de tránsito por los mares y la persecución de delitos en los mismos, en la intervención a modo de arbitraje de algunas autoridades costeras en dichos delitos, y en el establecimiento de ciertas atribuciones jurisdiccionales de estas autoridades en las franjas litorales más cercanas. Deben señalarse también otras dos ideas, de gran influencia en la actitud de los navegantes y conquistadores. La primera que era legítimo desposeer de sus tierras a los príncipes infieles y sustituirlos por otros cristianos; la segunda, que las tierras no habitadas se consideraban res nullius y los “descubridores” podían apropiarse de ellas. El progreso de las ideas que afianzaban la autoridad papal y la consideración del rey como imperator in regno suo, invitaban a que todo ello se refrendase con la aprobación de una autoridad superior.

Pero los primeros episodios que demostraron con claridad que el dominio de los mares iba a situarse en el primer plano de las disputas geopolíticas los constituyeron las firmas de los Tratados de Alcaçovas-Toledo (1479-80) y Tordesillas (1494), situados ambos en el marco de las disputas luso-castellanas en el Atlántico por hacerse con las rutas del oro y de las especias.

Planisferio de Cantino (1502), que refleja el meridiano trazado en Tordesillas (1494)

 

El primero fue fruto de un acuerdo en el que, dicho en pocas palabras, Portugal cedía en sus pretensiones peninsulares a cambio de que Castilla cediese en las atlánticas. Reservándose esta únicamente el dominio de las Canarias, se establecía un paralelo (el 28º N) a partir del cual sería Portugal quien tuviese derecho al dominio de mares y tierras descubiertas. Todo ello refrendado por las correspondientes bulas papales, que únicamente añadían la condición de evangelizar a los pueblos infieles.

Pero la situación cambió radicalmente tras el viaje de Colón y la convicción de que era posible llegar a la tierra de las especias siguiendo la ruta del oeste. A ello responderá el Tratado de Tordesillas, en el que, muy significativamente, se sustituyó el paralelo por un meridiano (370 leguas al oeste de las Azores). No existe mejor indicio de la importancia capital que comenzaba a desempeñar el Atlántico que este cambio desde una lógica N-S  hacia otra E-O. Igualmente, todo ello fue refrendado por las correspondientes bulas papales.

Es conocido lo que ello supuso en el reparto de América -con los territorios de Brasil en el lado lusitano- y las dudas sobre el trazo del meridiano en las antípodas, resueltas con el Tratado de Zaragoza de 1529. Pero es forzoso reconocer que el resto de potencias europeas ni estuvieron contentas ni aceptaron esta división del mundo conocido y por conocer entre castellanos y portugueses. De hecho, fue ninguneada desde el principio y su vigencia oficial quedó reducida a la nada tras la Paz de Cateau-Cambresis (1559). Cuando la Cristiandad se dividió definitivamente y aquellas potencias comprendieron que su influencia política se jugaba tanto en la mar como la tierra, comenzó la era de las grandes potencias navales que compitieron entre ellas en varios planos, desde el debate teórico hasta el conflicto abierto.

Batalla naval de Los Abrojos o de Pernambuco (1631). Cuadro anónimo (h. 1632)

 

¿De quién son los mares?

Tordesillas no solo había sustituido un paralelo por un meridiano, sino una “marca” -un espacio fronterizo difuso, más bien de contacto, convivencia e intercambio- por un límite, por un intento de frontera lineal. Evidentemente, en un proceso de delimitación paralelo al que se estaba dando en el continente con las fronteras. Ello evidenciaba que lo que estaba poniéndose en juego era el derecho a disponer de los mares y de las actividades que transcurrían en ellos (Serna, 2017).

Todo ello dio pie a un debate teórico, el que enfrentó a los partidarios de considerar el océano como mare liberum o los que defendían un mare clausum. Los primeros tomaban como base el derecho natural, y en concreto, el ius communicationis, el derecho de todo ser humano a comunicarse con otro que nadie podía impedir. Así, Francisco de Vitoria afirmará -en su primera relección sobre los indios de 1538-39- que “por derecho natural son cosas comunes a todos las corrientes de agua y el mar… luego nadie puede prohibir su uso” (1998: 131). Con intenciones políticas mucho más evidentes, Hugo Grocio desarrollará esta propuesta en su Mare Liberum (1609), donde se reafirmaba en la necesidad de considerar el mar oceánico como un espacio común y libre. Postura contraria a quienes consideraban dicho espacio, no tanto como común sino como res nullius, similar a cualquier otra tierra deshabitada y, por tanto, susceptible de ser apropiada por quien la ocupase, consideración ésta implícita en Tordesillas. El portugués Freitas o el inglés Selden -en su famosa obra Mare clausum (1635)- serían los más ilustres defensores de la autoridad de los poderes políticos para imponer su jurisdicción sobre los mares.

Pero, más que un debate teórico, lo que se inició fue una competición entre las grandes potencias por el dominio de facto de esos mares. Se abría así la época de los grandes avances en la construcción de naves, del desarrollo de las armadas al servicio de las monarquías y repúblicas de la época, del incremento del comercio marítimo entre Europa, Asia y América, de las disputas por el control de las grandes rutas oceánicas, del corso y la piratería que obstaculizaban la llegada de oro, plata o especias, de las grandes batallas navales (Lepanto, Los Abrojos, Las Dunas, la Invencible….). Una época que es ya la del pensar oceánico, en la que el mar es el soporte de los asuntos globales (Sloterdijk, 2007: 62) y que perdurará hasta que otras formas de “navegar” aparezcan en el horizonte.

 

Epílogo

Comenzábamos estas reflexiones afirmando que la expedición de Magallanes-Elcano supuso algo así como un momento bisagra en las concepciones acerca del océano. Para ser más justos, podríamos precisar que dicha expedición -junto a las de Colón, Vasco de Gama y Urdaneta- supusieron los momentos culminantes de un periodo bisagra que se inició con las expediciones portuguesas del XV y culminó con el tornaviaje de 1568. En ese intenso espacio de tiempo, la concepción de occidente sobre el océano -y sobre el propio hecho de navegar- cambió radicalmente. De ser visto como algo ignoto, exterior, separador y fuente de peligros -un espacio más imaginado que conocido- el océano pasó a ser percibido como cognoscible primero y dominable después; un espacio que ya no separará sino que conectará y vinculará tierras. Un espacio que, así, acabará convertido en el epicentro de la geopolítica moderna.

 

 

* Estas reflexiones sobre el océano y la "primera globalización"  se enmarcan en el proyecto de investigación del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España HAR2017-84226-C6-5-P "Los cambios de la modernidad y las resistencias al cambio. Luchas sociales, transformaciones culturales y conflictos. Siglos XV-XIX", así como en las actividades de investigación del equipo "Estudios Vascos" de la Universidad de Deusto.

 

 

Bibliografía citada

 

- Achón Insausti, J.A. (2019): “Relatos desenclavados, territorios conectados. La primera experiencia global y la construcción del discurso foral “, en Achón Insausti, J.A.; Imízcoz, J.M.: Discursos y contradiscursos en el proceso de la modernidad (siglos XVI-XIX). Madrid: Sílex, pp. 227-290.

- Aragón, Álvaro (2019): La cartografía del siglo XVI, una herramienta política y estratégica, en (https://elkanofundazioa.eus/blog/la-cartografia-del-siglo-xvi-una-herramienta-politica-y-estrategica/). Última consulta: 10/04/2020.

- Bennassar, B. (1985): La América española y la América portuguesa. Madrid: Sarpe.

- Comellas, J.L. (2019): La primera vuelta al mundo. Madrid: Rialp. 3ª ed.

- Gruzinski, Serge (2010): Las cuatro partes del mundo. Historia de una mundialización. México: Fondo de Cultura Económica.

- Pigafetta, A. (1985): Primer viaje alrededor del mundo, ed. de Leoncio Cabrero, Madrid: Historia16.

- Reche, Alberto (2016): De los peligros del mar: ballenas y navegantes despistados, en: http://www.studiahumanitatis.es/de-los-peligros-del-mar-ballenas-y-navegantes-despistados/. Última consulta: 10/04/2020.

- Serna Vallejo, Margarita (2017): "El océano Atlántico: de marca o espacio fronterizo a 'territorio' dividido y sujeto a distintas jurisdicciones", en Truchuelo, S.; Reitano, E. (eds.): Las fronteras en el mundo atlántico (siglos XVI-XIX). La Plata: Universidad Nacional de La Plata. http://libros.fahce.unlp.edu.ar/index.php/libros/catalog/book/85

- Sloterdijk, Peter (2007): En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización. Madrid: Siruela.

- __________ (2018): “El mundo sincronizado. Aspectos filosóficos de la globalización”, en ¿Qué sucedió en el siglo XX? Madrid: Siruela, pp. 53-62.

- Soler, Isabel (2003): El nudo y la esfera: el navegante como artífice del mundo moderno. Barcelona: Acantilado.

- Truchuelo, S. (coord.) (2009): Andrés de Urdaneta: un hombre moderno. Ordizia: Ayuntamiento.

- Urdaneta, A. de (1907): “Relación del viaje del comendador García de Loaisa a las islas de la Especería o Molucas en 1525 y sucesos acaecidos en ellas hasta el de 1535”, en Uncilla y Arroitajáuregui, F. de: Urdaneta y la conquista de Filipinas. San Sebastián: Imprenta de la Provincia, pp. 317-430.

- Vitoria, Francisco de (1998): Sobre el poder civil. Sobre los indios. Sobre el derecho de guerra. Ed. de Luis Frayle. Madrid: Tecnos.

- VVAA: (2007-2010): Cartografía, en:  http://valdeperrillos.com/category/temas/cartograf. Última consulta: 10/04/2020.

- El documento del que procede la cita de Elcano está custodiado en el Archivo General de Indias y puede consultarse en: https://www.mecd.gob.es/cultura/areas/archivos/mc/archivos/agi/destacados/documento-elcano.html

 

 

Otros artículos de esta serie:

 

El Océano, antes y después de Elcano (1/4): El océno medieval

El Océano, antes y después de Elcano (2/4): Mapamundis y viajes.

El Océano, antes y después de Elcano (3/4): El impacto de la primera circunnavegación