Lekeitio aportó a la expedición que dio la primera vuelta al mundo la nao capitana, la Trinidad, y participó en su abastecimiento a través de Nikolas de Artieta
Representantes institucionales de Bizkaia, Gipuzkoa e Iparralde han participado hoy en Lekeitio en un acto institucional y conmemorativo para poner de manifiesto la importancia de un patrimonio histórico común ligado al mar, en el contexto del V. centenario de la primera vuelta al mundo de Elkano.
Y es que hoy hace 503 años, un 20 de julio de 1518, el lekeitiarra Nikolas de Artieta recibía el encargo de aprovisionar la flota que partiría rumbo a las islas de las Especias y acabaría dando la primera vuelta al mundo. Artieta era, además, el propietario de la Santa Catalina de Siena, una nao de 110 toneles que fue rebautizada como Trinidad y convertida en nao capitana de la expedición, es decir, el barco de Magallanes.
Estos hechos, como tantos otros vinculados a la primera vuelta al mundo, son desconocidos en gran medida. Sin embargo, en el contexto de los 500 años de la primera circunnavegación a la Tierra, diversos estudios están aportando nuevos relatos de aquel viaje, desde una mirada más abierta y dando su lugar a la aportación realizada, también, por el pueblo vasco. Nuevo conocimiento no solo sobre la primera vuelta al mundo, sino sobre el contexto socioeconómico, tecnológico, científico y cultural común que une a numerosos municipios vascos.
En este contexto, con el propósito de recordar esta efeméride y el papel que desempeñó Euskal Herria en la primera circunnavegación a la Tierra, así como de subrayar una cultura común ligada al mar, más de 30 alcaldes, alcaldesas y concejales se han dado cita en Lekeitio en un acto oficial donde han tomado la palabra Koldo Goitia, alcalde de Lekeitio; Haritz Alberdi, alcalde de Getaria y presidente de la Fundación Elkano; Izaskun Gomez, alcaldesa de Pasaia y Jean-Louis Fournier , alcalde de Azkaine.
Al acto también han asistido representantes del Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y las Juntas Generales de Bizkaia, además de los responsables de la Fundación Elkano 500 – entidad impulsora, junto con el Ayuntamiento de Lekeitio, de un acto que toma el relevo al celebrado en septiembre de 2019 en Getaria, coincidiendo con la partida de la expedición.
Durante el evento, el alcalde de Getaria y presidente de la Fundación Elkano ha subrayado que “ la nuestra es una historia compartida que asocia a todos aquellos pueblos ligados al mar, tanto costeros como del interior. Un relato histórico que debemos reconstruir a partir de datos fiables, para reducir las aproximaciones sesgadas. Por eso queremos ligar esta conmemoración a la generación de nuevo conocimiento “.
Por su parte, el alcalde de Lekeitio Koldo Goitia ha señalado que “la aproximación a este acontecimiento y a la conmemoración la hacemos con una clara intención, aprender del pasado para repensar y cuestionar nuestro presente, porque nuestras acciones de hoy proyectan y edifican el futuro”.
Tras su saludo y la intervención del historiador Juan Manu Ugartetxea –que ha incidido en el papel de Lekeito en la primera vuelta al mundo– se ha procedido a la lectura de la Declaración de Lekeitio, en euskera, español y francés, por parte de Koldo Goitia, la alcaldesa de Pasaia Izaskun Gómez y el alcalde de Azkaine Jean-Louis Fournier.
En ella Izaskun Gómez ha subrayado que “la dimensión épica de este acontecimiento mundial revela en el fondo la cultura de un pueblo ligada al mar. Un acontecimiento que esconde modos de vida, motivaciones, estructuras sociales y económicas de una época que marcaría el rumbo y las características de nuestra sociedad hoy”.
“Este acto es una invitación abierta para que el año que viene, Vº centenario de la primera vuelta al mundo cuyo capitán fue el getariarra Juan Sebastián Elkano, tomemos el compromiso colectivo de recordar aquel acontecimiento y su contexto, reflexionando (hacia adentro) y divulgando (hacia afuera), esto es, creando espacios para escuchar, y espacios para contar”, Jean-Louis Fournier.
Tras el acto, los representantes institucionales han acudido al astillero Mendieta, exponente de la carpintería de ribera del Cantábrico catalogado como Monumento en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco y que en la actualidad está siendo rehabilitado. Ubicado en la margen izquierda del río Lea, prácticamente en su desembocadura, es fácil imaginar que allí, o muy cerca, se construyó hace 500 años la nao capitana de la expedición que culminó en la primera vuelta al mundo.
Nuevo conocimiento: Lekeitio y Bizkaia en la primera circunnavegación
Diferentes estudios llevados a cabo en el contexto de la conmemoración de los 500 años de la primera vuelta al mundo han aportado numerosos detalles sobre la participación de los vascos en aquel viaje. Así, se sabe que la armada de la Especiería no solo se alimentó de marinos de Euskal Herria. Los vascos participaron en la organización, en el abastecimiento, en la preparación de las naos y en la propia construcción de las embarcaciones. En ese sentido, Lekeitio, además de aportar la nao capitana, estuvo implicado en el abastecimiento de la expedición, a través de Nikolas de Artieta.
Artieta pertenecía a una importante familia de Lekeitio, muy bien relacionada en la corte, gozaba de la confianza de la administración castellana y no sólo se encargó de aprovisionar la flota Magallanes-Elkano, sino también las naos de otras armadas que se enviaban a las Indias.
Adquirió armas, pólvora, clavazón, falconetes (cañones pequeños), lombardas (cañones grandes), ballestas, lanzas, saetas, armaduras y otros materiales para la expedición, tanto en Bizkaia como en Gipuzkoa, por un total 1.500 ducados (562.500 maravedís), según consta en el primer asiento que aparece contabilizado en la Relación detallada de los gastos hechos para la armada de Magallanes y que se conserva en el Archivo General de Indias en Sevilla. Además de armas, Artieta también adquirió otros productos de hierro en Euskal Herria, como anclas, arpones de pescar, azadones, mazos, palas, picos, sierras, faroles, hachas, calderas para guisar, hierro en barras pequeñas, clavos de todo tipo, e incluso una fragua.
De Lekeitio era también el marinero Domingo de Barrutia, el único Lekittarra que embarcó en la Trinidad, junto a Magallanes. Poco se sabe de él, salvo un dato poco frecuente entre los marinos de la época, pero sabemos que sabía firmar y fue apresado el 21 de julio de 1521 en Brunei, tras haber desembarcado con Elkano para llegar a acuerdos con su rey, y nunca más se supo de él.
En total, de los 34 tripulantes vascos que participaron en la expedición 22 eran vizcaínos procedentes de distintas localidades como Bermeo, Lekeitio, Mungia, Bakio, Somorrostro, Barakaldo y Arrigorriaga. Además, tres de las cinco naos que zarparon rumbo a las Molucas pertenecían a armadores vizcaínos y, por tanto, se considera que fueron construidas en astilleros de Bizkaia: la Victoria, antes Santa María, era propiedad de Domingo de Apallua, de Ondarroa; la San Antonio, también llamada Santa María en origen, era de Diego de Arsua, vecino de Erandio; y la Trindad, antes Santa Catalina de Siena, propiedad del lekeitiarra Nikolas de Artieta.