Miren Aintzane Eguiluz: “Pese a las prohibiciones y a la falta de reconocimiento, la mujer vasca realizaba todo tipo de trabajos marítimos”

6 JUL, 2019
La aproximación a la presencia de la mujer en los ambientes marítimos vascos del siglo XVI, de Miren Aintzane Eguiluz, fue reconocida como mejor comunicación oral del Curso de Verano de la UPV/EHU sobre Elkano y la primera vuelta al mundo.

Por su originalidad, por su aportación al conocimiento y por abrir nuevas líneas de investigación, Miren Aintzane Eguiluz (Escuela de Ingeniería de Bilbao - Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales, Portugalete) obtuvo el premio a la mejor comunicación oral del Curso de Verano de la UPV/EHU con su trabajo “¿Y la mujer?: aproximación a la presencia femenina en los ambientes marítimos vascos del siglo XVI”.

En una época en la que la mujer “debía permanecer siempre en hogar, el ámbito al que verdaderamente pertenecía, incluso formando parte de las élites del país” Eguiluz afirma que “permanecieron en las orillas, en las costas y los puertos, asomándose con cautela a los espacios marítimos, pero permaneciendo con insistencia en los mismos a pesar de las dificultades”.

La graduada en Náutica y Transporte Marítimo y piloto de segunda de la Marina Mercante, dedicó a esta cuestión, sobre la que existen escasos estudios, el trabajo su trabajo de fin de grado Escuela de Ingeniería de Bilbao. Sostiene que, en un tiempo en el que las actividades marítimas eran el motor del desarrollo económico de los vascos, mujeres de “toda condición social” realizaron trabajos relacionados con el mar, desde las más humildes por pura supervivencia, hasta las mujeres pudientes ­–éstas, muchas veces,  con el consentimiento de padres o maridos “para sustituirles en su ausencia”. “Las vemos desde fechas muy tempranas como barqueras, transportistas de mercancías, armadoras, estibadoras…”. Tareas por las que recibían una remuneración muy inferior a los hombres por la realización del mismo trabajo y que, excepto en muy contadas ocasiones, “no les granjearon el respeto de sus compañeros varones”.

A la incomprensión social se sumaba en ocasiones el control, incluso la persecución, por parte de las autoridades. Así, durante su trabajo de investigación Eguiluz se ha encontrado con que los diversos ayuntamientos de las villas procuraron legislar sus actividades de forma clara y contundente. “En 1553 tenemos la advertencia dada a las barqueras de Portugalete para que mantengan los elementos de su oficio a buen recaudo en sus casas y no se los den a ninguna persona “sin licencia del alcalde o de los regidores o del alguacil”.

Más habituales aún eran los decretos para vigilar a las mujeres que vendían pescado, mujeres que llegaban a vender en “rebeldía”, es decir, contra las ordenanzas municipales, o que se marchaban a vender el pescado fuera de las villas para librarse de los aranceles y “que las autoridades castigaban con ser “traydas a la bergüença” si se atrevían a burlar sus decretos”.

Eguiluz presentó una de las siete comunicaciones orales del curso de verano, convocatoria que la Fundación Elkano 500 había querido abrir no solo a historiadores, sino también a profesionales de otros ámbitos que ofrecieras nuevas perspectivas sobre el marino de Getaria, la primera circunnavegación a la Tierra, y el contexto socio-económico de la época.

La incidencia del escorbuto en la primera vuelta al mundo (Javier Almazán), la relevancia de la circunnavegación en la ciencia moderna (Ekai Txapartegi), el conocimiento náutico de la época (Alberto Rodríguez), la necesidad de reflexionar por encima de conmemorar (Xabier Kerexeta),  y la pintura de Elías Salaverría sobre la llegada de Elkano (Urdiri Salaberria e Irene Cardaba), fueron los demás temas presentados en las comunicaciones.